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¿Por qué es tan importante el balance de blancos en fotografía gastronómica?

balance de blancos

Si alguna vez hiciste una sesión de fotografía gastronómica y notaste que tus fotos salieron demasiado azules o anaranjadas, el problema no suele estar en la cámara ni en la luz, sino en el balance de blancos.

El balance de blancos (white balance) indica a la cámara qué es “blanco” en función de la temperatura de color de la luz. Gracias a este ajuste, los colores en la foto se ven tal y como son en la realidad.

En fotografía de comida profesional, donde el color es protagonista y transmite apetito visual, un buen balance de blancos marca la diferencia entre una imagen atractiva y otra poco apetecible.


¿Qué es el balance de blancos en fotografía gastronómica?

El balance de blancos es el ajuste que permite a la cámara interpretar correctamente los colores de acuerdo a la luz disponible.

  • Un balance mal configurado: convierte un café con leche en un tono gris frío o naranja saturado, restándole naturalidad.
  • Un balance de blancos correcto: conserva los colores auténticos, logrando que los alimentos se vean frescos, apetitosos y realistas.

Cómo elegir el balance de blancos correcto

1. Luz natural

Si fotografías cerca de una ventana o con luz de día, selecciona el ajuste Daylight (luz de día).

2. Luz cálida en interiores

Cuando trabajas con tungsteno o bombillas cálidas, el preset Tungsteno ayuda a equilibrar los tonos naranjas.

3. Balance de blancos automático (AWB)

El modo automático suele funcionar bien si no estás seguro de qué configuración usar. Luego puedes ajustar en la edición.

4. Disparar en RAW

En fotografía gastronómica profesional, disparar en RAW es clave: este formato conserva toda la información de color y exposición, lo que te permite corregir el balance de blancos en postproducción sin pérdida de calidad.


¿Por qué el balance de blancos es clave en fotografía gastronómica?

El color no es solo un tema estético: es lo que despierta el apetito visual.
Un mal balance de blancos puede arruinar un plato, sin importar lo bien que esté preparado.

  • Verdes → deben lucir frescos.
  • Rojos → intensos y vibrantes.
  • Tonos crema → suaves y delicados.
  • Dorados → cálidos y apetitosos.

En el estudio, cada sesión comienza ajustando el balance de blancos según la fuente de luz, la hora del día y el tipo de producto. Así conseguimos fotos fieles, profesionales y con impacto visual.


Conclusión

El balance de blancos en fotografía gastronómica es un factor decisivo para lograr imágenes que transmitan frescura, realismo y apetito visual. Ajustarlo correctamente hará que tu fotografía de comida se vea profesional y transmita lo que tu marca quiere mostrar.

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